RESEÑAS CINEMATOGRÁFICAS
¿QUÉ COÑO ESTÁ PASANDO?
Es un documental subido por Netflix en el 2019, en donde mediante entrevistas hace una mirada crítica a la desigualdad de género en España, pero que es la realidad misma de países como Colombia, en el cual, los únicos que se encargan de mirar dicha realidad de manera objetiva son los grupos feministas.
Sin duda alguna las brechas existentes entre mujeres y hombres son temas que se ponen con más frecuencia sobre las mesas de diálogo. Sin embargo, la teoría dista bastante de la práctica, pues los discursos que buscan exaltar el feminismo son utilizados, por lo general, con fines políticos o ideales de democracia.
El problema de fondo, según este documental, empieza desde la crianza en los niños y niñas; ellos, sueñan y tiene aventuras con los juegos que por lo general los lanzan a la calle. Ellas, cuidan sus barbies, compran cajas registradoras y limpian sus casitas de muñecas. Esto, por inofensivo que parezca empieza a fortalecer lo que en un futuro, en las edades adultas, se convierte en la economía del cuidado, la cual hace que la mujer trabaje tres veces más que los hombres sin ser remuneradas.
Ahora bien, la educación tampoco es el eslabón en donde se puede responder a la pregunta de Qué coño está pasando, pues los modelos antiguos y actuales no están preparados para tener charlas de sexualidad. En último grado me hablaban de menstruación, cuando la regla que había venido en sexto. Yo no necesitaba que me hablaran de tampones, sino de condones, explica una de las mujeres entrevistadas.
Entre la baja representación de las mujeres en cargos públicos, el negocio redondo de la prostitución, pornografía, la tarea individual de ser madres, el alquiler de vientre, la menstruación, cambios hormonales y el silenciamientos al género femenino, se desarrolla este documental, fundamentado en las marchas del 8M en España, las cuales surgieron como protesta por el caso de La Manada, un grupo de hombres que agredieron y violaron a una mujer, para posteriormente ser exonerados por la ley porque las evidencias demostraban sonidos de excitación en las grabaciones.
En esta conversación de las cosas más prometedoras, es que también hay un punto de contraparte por parte de una sexóloga, que defiende la violencia de los hombres y las desigualdades desde hechos justificados. Esto, como aliciente para que quienes creen que el feminismo son las mal llamadas feminazis se pongan en la tarea de ver la realidad de ser mujer en el mundo moderno desde diferentes puntos de vista.
Somos positivas porque el futuro será feminista o no será.
PERIOD. END OF SENTENCE.
Period. End of Sentence, ganador al Óscar como Mejor Documental Corto en 2019, expone como todavía existen barreras que impiden que la menstruación deje de considerarse como sinónimo de incapacidad, asco y desigualdad. En este caso, con la historia de una comunidad rural de Kathikhera en la India, pero que concuerda con las condiciones de muchas mujeres a nivel mundial que deben dejar sus estudios y que limitan sus vidas por miedo a ser juzgadas por su periodo menstrual. La iniciativa The Pad Project recaudó los fondos para instalar máquinas que le permitieran a la comunidad hacer sus propias toallas sanitarias.
La menstruación le arrebata la libertad a mujeres en comunidades donde incomoda aprender y entender de un fenómeno natural como lo es el ciclo menstrual. Hombres y mujeres, sin importar su edad, ríen y sienten vergüenza de este asunto. Además, tienden a relacionarla con enfermedad o problemas, al punto de prohibirles a las mujeres la entrada a templos en sus días, dejar los estudios en el momento de su menarquia o la vergüenza de deshacerse de la tela en la que menstrúan.
En una sociedad donde las decisiones importantes las toman los hombres, en la cual deciden si sus esposas trabajan o no y toman el papel de jueces se imposibilita la justicia menstrual. No existen espacios de confianza para suplir las necesidades higiénicas durante el ciclo. Las toallas eran un asunto totalmente ajeno para la comunidad de Kathikhera. Solo las conocían por la televisión. Nadie las usa en nuestra familia. He oído que si usamos toallas todo está bien, no importa adónde vayamos. Nadie se burlaría de ti por usar una tela. Son un medio para cumplir sueños laborales y educativos.
La creación de la unidad de toallas sanitarias les permitió a las mujeres de la villa hablar de cuidado y salud menstrual, trabajar por primera vez y acceder a productos para su higiene a bajo costo con el nombre de Fly, para que lleguen alto. Soy un poco feminista y pienso que las mujeres son la base de cualquier sociedad. Y son más poderosas, pero no se dan el crédito a sí mismas. No saben cuánto poder tienen y lo que pueden hacer.
